martes, 9 de octubre de 2012

25/08 Monte Perdido (Vértice geodésico nº1) desde la Pradera de Ordesa

25 de Agosto

Siempre tuve el propósito de subir al Monte Perdido desde que llegué al valle de Ordesa. Lamentablemente, bastante gente ( deberían pensar que yo era novato ) me dijo que para subir a dicha cima era completamente necesario pasar noche en el refugio de Góriz. El domingo 25 de agosto nos levantamos mi padre y yo a las 6:45 de la mañana y nos dispusimos a coger el autobús en el aparcamiento en el pueblo de Torla. Hubimos de bajar desde el camping del Valle de Bujaruelo en coche. Íbamos muy bien abrigados conscientes del frío pasado el día anterior en la excursión al Puerto de Bujaruelo, de 2273 m y sobretodo si esperábamos subir a un tresmil. Cogimos el autobús de las 8h a 8ºC; ya habían montañeros en este viaje. Al llegar a la pradera de Ordesa immediatamente nos pusimos a caminar para entrar en calor. En una hora y media llegamos al circo de Soaso, desde donde ya divisamos nuestro objetivo, el Monte Perdido.


Yo y mi padre en el circo de Soaso. El Monte Perdido en el centro, imponente.

Poco después ya llegamos a la altura de la Cola de Caballo, a un ritmo muy bueno. Decidimos subir al refugio bordeando por el sendero, evitando así las clavijas de Soaso ( pensábamos que se necesitaba arnés, cosa que después descubrí su facilidad) Llegamos al refugio de Góriz a las 11:10 de la mañana.Vamos a muy buen ritmo. Allá hacemos una paradita y tomamos un tentempié.
 El cañón de Ordesa desde el camino ascendiente de Soaso.

Remontando hacia el Refugio de Góriz.

Impresionante vista del cañón de Ordesa.

El famoso refugio de Góriz.

A las 11 y media empezamos la ascensión, propiamente dicha, del Monte Perdido. Subimos siguiendo los dispersos hitos que indican las diferentes opciones de vía. Al final todas las sendas llevan al camino principal. Para llegar aquí hemos tenido que trepar varias veces por rellanos. Nos situamos ya entre el Monte Perdido y el macizo de Marboré. Dejamos a la derecha el camino hacia las Escaleras, el que tomé el otro día.
La subida empieza a hacerse más dura pero nunca requiere grandes esfuerzos técnicos. Finalmente llegamos al Campo de Bloques, una zona de rocas gigantes por la que hemos de pasar para seguir con nuestra ascensión.
 Yo con el Tobacor (2779) detrás.
Mi padre y el Tobacor.

En el campo de bloques.

Seguimos con la ascensión, que nos lleva a algunos tramos que requieren apoyarnos en algún momento y trepar para superar obstáculos. Llegamos a un paso estrecho, equipado con una cadena, en el que muchos excusionistas miedosos están encallados. Nosotros pasamos sin apenas hacer uso de ella, pero deberíamos ya que si cayéramos iríamos a dar a un pequeño glaciar que había debajo. Después de un buen rato llegamos al Lago Helado ( 2995m) . Tiempo hasta aquí: 2h desde Góriz.
El glaciar de debajo del paso equipado con cadena.

Yo sentado cerca del Lago Helado.

Vista para atrás: el impresionante Monte Perdido y su pala final, la Escupidera.

Mi padre con el Collado de Marboré detrás.

Ahora nos queda la subida final al Monte Perdido. Está dividida en dos palas: la primera se puede superar carenando una parte rocosa fácil de superar. Nosotros, tan atontados decidimos subirla por la tartera. Después de un gran esfuerzo para evitar hundirse en la piedra suelta, llegamos a la segunda pala, ésta ya no se puede superar evitándola, es la Escupidera. La subimos esforzándonos tanto como en la primera. Sin embargo, nos parece peor la anterior tartera. Después de superar la Escupidera sin problemas, llegamos al collado de Monte Perdido, desde donde en cinco minutos subimos los pocos metros que nos quedan y llegamos a la cima! En un tiempo de unas 3 horas desde Góriz. 6 horas desde la Pradera de Ordesa.
 Subiendo por la primera tartera súper empinada.
 Ya entrando en la Escupidera.
 Subiendo por la empinada Escupidera.
 El lago Helado ya se ve pequeño estando nosotros a unos 3250m
 El lago helado y el Cilindro de Marboré ( 3328m)
 Mi padre en el cuello del Monte Perdido . El Taillón (3144m) a la izquierda.
 Yo con el Cilindro de Marboré a mis espaldas.
 En la cima del Monte Perdido . El Taillón (3144m) a la derecha.
 El cañón de Ordesa a la izquierda.
 En la cima con el deteriorado pilar de Vértice Geodésico.
 Yo en la cima del Monte Perdido.
 Ya estamos !! 3355 msnm
 Mi amigo Dominik. Lo conocí en la cima, estaba él descansando ahí.
 Vista del Glaciar del Monte Perdido en su cara norte.
Glaciar y lago de Marboré.


Después de comer en la cima de este precioso pico y contemplar todas sus vistas mientras planeábamos próximas excursiones, bajamos saltando por la tartera de la Escupidera y la de más abajo hasta el lago helado. Allí, como unos locos los tres ( Dominik, mi padre y yo) nos dimos un buen chapuzón en el lago. Tengo que admitir que está mucho más frío que el agua del río Ara, que ya se te congelan hasta los huevos. 
 ¡Vamos allá!

Olé!!! mi padre se metió

 Ahora me toca a mí.
 Entrando al lago Helado.

Ahí estoy yo aguantando el frío.
¡Que me congelo!

Después de relajarnos en el Lago Helado volvemos a bajar a Góriz, muy tranquilos. A las 6 y cuarto de la tarde salimos en dirección Torla. Lo hacemos por el camino y pista de los miradores de Ordesa por la que fui yo solo el miércoles pasado, para aprovechar tomar fotos y para enseñarle este camino a nuestro amigo austríaco Dominik. Vamos muy tranquilos y echamos muchas fotos, pero de lo que nos olvidamos es de que la pista es muy larga y la noche se nos echa encima.
 Las tres Sorores se quedan atrás. Adiós Cilindro, Perdido y Añisclo.
 Un gran rebaño de ovejas que vemos en camino a Ciarracils.
 Las Tres Sorores y mi padre.
 El pastor del gran rebaño de ovejas.
 Peligroso camino que transcurre muy cerca del precipicio.
La faja Racón a sus espaldas.
 Las Gradas de Soaso detrás mío, en el cañón de Ordesa.
 Fotón. El cañón de Ordesa , el Mondarruego a la derecha, el Otal en el centro y el Tendeñera al fondo.
 El circo de Soaso ya todo sombrío.
 Vista hacia abajo desde el mirador de Ciarracils. No lo recomiendo para gente con vértigo.
 Las Tres Sorores desde el mirador de Ciarracils.
 Estamos en pleno crepúsculo y todavía nos queda un buen trecho hasta Torla.
Nos coge la noche antes de llegar a los miradores de O Molar.

Afortunadamente no nos perdimos gracias a mis grandes nociones de orientación, pero costó bastante seguir el camino del bosque hasta la ermita de Santa Ana y después hasta Torla debido a que no llevábamos ninguna linterna. Al final llegamos a la estación de bus de Torla a las 11:35 de la noche y allí cogimos el coche y nos dirigimos de vuelta al camping. Vaya aventura, día lleno de emociones.

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